jueves, 10 de junio de 2010

La historia Sin Fin II.

Llegaron. Thomas aparcó el coche en una esquina y después de cojer las cosas que necesitaban, entraron en el bosque. Silencio, pájaros, olor a hierba, animales moviéndose silenciosamente y ellos dos.
Thomas dejó en el suelo las cosas y montaron la tienda de campaña. El chico se encontraba dentro de ella y la llamó:
-Iris, ven aquí dentro.
Ésta entró y se sento al lado de su chico. Thomas la agarró por detrás e hizo que se quedara sentada encima de él. Pasó sus manos por los costados de la otra, hasta dejarlas apoyadas en su lumbar.
-¿Sabes que te quiero?
-¿Y tú que te amo?, no existen palabras para describir mi sentimiento hacia ti.

El chico sonrío, y le acarició la cara. Posó sus labios encima de la de las chicas y la besó. Iris se echó hacia atrás, quedándose tumbada y el chico se puso encima de él. Las manos del chico empezaron a recorrer el cuerpo entero de Iris, entrando por dentro de la camiseta, soltando el botón del pantalón... Para cuando se dieron cuenta los dos estaban desnudos. Los dos desnudos, los dos solos. Era la primera vez. Los dos estaban un poco nerviosos pero se dejaron llevar por el placer.

Los dos cuerpos empezaron a moverse al mismo ritmo y de las dos bocas escapaban pequeños gemidos que a veces se eran ahogados en besos. El chico la trató con cariño  y cuidado, como si fuera una muñequita de crital, facil de romperse. Iris se sentía agusto, se movía encima de chico, con la ayuda de él, hasta que los dos acabaron. Se tumbaron en el suelo, abrazados.

-Te quiero, pequeñajo.

No había respuesta, sólo una sonrisa que lo decía todo. Iris apoyó su cabeza en el pecho del hombre y cerro los ojos mientras éste le acariciaba el pelo. Ella no quería que parara de acariciarla, y él no lo hizo.

miércoles, 9 de junio de 2010

La Historia Sin Fin I.

Cojio el mechero y "chisp", encendió el cigarro que tenía en la boca. Le dio una calada y alzando la cabeza dejó que el humo saliera de su boca, hasta chocar con el tejado y desaparecer. Llevó su mano a la cabeza y se quedó pensando, miles de preguntas inundaron su cabeza; ¿Qué tengo que hacer? ¿Y si no hacemos lo correcto? ¿Y si el plan no saliera como quisieramos?. Demasiadas preguntas y todas sin respuesta.
"Piiiiiiiit". El móvil. Metió la mano en el bolso y sacó el móvil. Miró a la pantalla y en ella aparecía el nombre de Thomas. Le vino la sensación de unas mariposillas en el estómago y cojio el móvil.
-Hola cariño. ¿Qué pasa?[...] Lo sé.[...]¿Esta noche?¿A acampar? Uhm... Me parece genial.[...] Ven a buscarme a casa a esa hora. Te quiero.
Recogió todo lo que estaba expandido por la mesa y lo metió en su bolso. El mechero, el paquete de cigarros, la cartera,... Se levantó y se salió del bar dejando el dinero en la mesa que había estado sentada.

Media hora después, llegó a casa y subió a su habitación corriendo.Cojio del armario una camiseta de tirantes y unos shorts que tenía, nuevos y se los puso. Las siete. Ha llegado la hora.
-Ama, he quedado. No me esperéis para cenar.
Le dio un beso en la mejilla a su madre y salió al jardín. Ahí estaba el coche de Thomas, con él dentro. Iris, entró en el coche. Acerco su cara a la del chico y sus labios se juntaron en un beso.
-¿Preparada? Hoy nos espera una noche muy larga, pequeña.
Iris sonrió y se quedó mirándo la cara del otro, esa sonrisa que hacía que ella también sonriera. Le encantaba, le amaba.
Se puso el cinturón y el chico arrancó el coche, ahí iban; a acampar.

La taza de ideas.

Quiero que este blog sea mi herramienta para poder desahogarme, expresar lo que siento y escribir sin decir absolutamente nada. -Con la mano derecha cojo el cigarro entre los dos dedos y lo llevo hasta mi boca. Le doy una calada y levantando la cabeza suelto todo el humo hacia arriba. Miro cómo el humo desaparece al chocar con el techo.- Nome gusta ser criticada ni juzgada sin que me hayan conocido. Me parece estúpido hacerlo. -Pongo el mechón de pelo que cae sobre mi cara detrás de la oreja. Cojo el bolígrafo y con él doy toquecitos en la mesa, produciendo un pequeño ruido.- En cambio, me gusta que me ayuden. Yo casi siempre suelo ayudar, me gusta ver feliz a la gente. Soy humilde y tímida. Ésto último es mi mayor miedo, porque me ha traido malas pasadas y por mucho que intente superarlo, aún no lo he conseguido del todo. -Dejo el boli posado sobre la servilleta y con las dos manos cojo la taza llena de café.´Está caliente. Soplo y bebo.- No quiero que este blog sea como unos "deberes". Quiero que sea algo bonito, quiero escribir cuando me plazca, sin presiones. Cualquier idea que tengáis, puede servirme y os agradecería que me lo dijerais ;). Ah, os recuerdo que los comentarios, hacen que la moral de una suba, así que ser humildes, y participar. -Doy un último sorbo al café y apago el cigarro en el cenicero, apachurrándolo contra él. Meto el papel y boli en mi carpeta y salgo del bar.-
PD: Voy a crear una historia, un cuento. La Historia Sin Fin.